lunes, 3 de agosto de 2015

Elefantes en el zapato

Voy caminado y me encuentro obstáculos amplios como elefantes. Abro los ojos  y no consigo verlos, siento pequeñas piedras en mi zapato. Y estas son los elefantes, contundentes, corpulentos, y asustando el corazón y el instinto, grandes, gruesos, que ocupan espacios inmensos en puntuales momentos y entonces se queda su sombra aquí, arrastrándome el alma, sombra gris de piel cetrina y surcada,  lentos, que no hablan ni hacen ni son y ahí están.
 Y ya sé, ya sé, es tan sencillo como quitar el zapato, sacudir la piedra, y seguir adelante: se evaporan los paquidermos, y ligera el camino vuelve a ser nuevo y la visión se empieza a dilucidar, se despejan las cortinas, el espacio de mi ser y aquí estoy otra vez, con mis niños, presente, contenta, escribiendo, jugando..y con mogollón de ganas de...como si no siguieran ahí  los elefantes.